1: Problemas en la arena y en casa

Y otra vez, todo el capitolio enloquecido, ¿y por qué? Porque empiezan los juegos, y este año peor, el vasallaje de los veinticinco ... Odio esta época ...
Y a los juegos: creo que son un tontos, por no decir estúpidos ... Mueren 23 personas, se salva uno, a éste, lo aman. ¿Para qué? Para que lleguen los septuagésimo quintos juegos y matan a 23 de estos vencedores.
No quiero quedarme en casa viendo los juegos, así que quedo con mis amigas, Adriana y Lila, para terminar de montar la coreografía. A ellas tampoco les gustan los juegos, no lo dicen, pero tampoco hablan de ellos ...
Practicamos la coreo durante horas y cuando miro a la ventana, ahí está, sentado en una silla, mirándonos, viéndonos bailar, ¿Cuanto llevara ahí? Entonces lo noto, estoy roja, y muerta de la vergüenza.
Por fin salgo. Le saludo. Me da uno de esos enormes abrazos, que sabe que me encantan.
-Hola ...-digo aún sonrojada .
-Hola princesa, sabias ... nunca te había visto bailar ... - entonces me sonrojo aún más, y no se si se porque si que me ha visto bailar, o porque me ha llamado "princesa".
-Lo haces genial, lo sabias, no? - Otro comentario, ni me imagino lo muy colorada que debo de estar en este momento.
-Para ya ...-le digo- ves que me sonrojo y sigues ...
-Lo siento ... - me acaricia deslizando sus dedos desde la sien, bajando por mi mejilla, hasta mis labios. -Te quiero -me dice con un tono adorable e irresistible.
-Ves ... lo has vuel...- me corta con un largo beso.
Al segundo oigo unos estornudos bastante forzados, Adriana y Lila, entonces me giro y las veo, cruzadas de brazos, esperando, esperándome, esperando a que deje de besar a Austin. Y otra vez me sonrojo.
Al fin me despido de Austin y me voy de vuelta a casa con mis amigas.
Una vez en casa me siento en el sofá, mi hermano pequeño está mirando los juegos del hambre, a diferencia de mí a él le encantan … No quiero ver más así subo a mi cuarto, me preparo un baño y me relajo.
Cuando vuelvo en mí debería ser tarde, porque salgo me pongo el pijama y:
-Beaty! La cena! - Mi madre me llama y bajo a toda prisa porque, sinceramente, estoy hambrienta.
Una vez en la mesa, callo, como, sin hacer caso de la conversación, hasta que una frase de mi hermano me llama la atención:
- [...] Entonces Katniss lanza una flecha y todo hace un enorme ¡BUM!
- ¿Y después qué Ayden? - Pregunto y todos me miran. Es la primera vez en toda la cena que hablo.Y la primera vez que pregunto sobre los juegos.
-No lo sé - dice metiéndose un enorme trozo de carne en la boca - Cortaron la conexión.
Pasamos el resto de la cena en silencio, al final mi padre dice:
-Beaty, ¿Qué tal con Austin?
-Muy bien - respondo algo molesta. No me gusta habla de amor con mis padres, y menos con Ayden delante ...- Gracias por la cena - me levanto recojo mis cosas y las dejo en la cocina.
Estoy a punto de subir a mi cuarto cuando suena el timbre. Abro. Es un agente de la paz.


-Hola ¿Esta tu padre? ¿Puedo pasar? -Dice dando un paso adelante.
- ¿Que esta pasando? - Digo cortandole el paso.
Me arrepiento de haberlo hecho, es una autoridad. Suspira y dice:
-Mira niña, ya sabes los problemas que hemos tenido en la arena, tú padre ayuda a controlarla, y aunque hoy no tenía que trabajar le necesitamos. ¿Me dejas pasar ahora?
Me aparto y dejo que entre. Habla con mi padre. Mi padre se despide y nos avisa de que seguramente no le veremos en algunos días...
No se exactamente porque pero me preocupo... se que ha habido algún levantamiento y que lo que hizo Katniss posiblemente sera el primer paso a la rebelión.
No me equivoco. Hacia semanas que no veía a mi padre, pero nos llamaba. Un día tocan el timbre de la puerta, es un agente, le entrega un sobre a mi madre, y ella se derrumba... no hace falta ver más, subo a toda prisa las escaleras, cierro la puerta de golpe, me tiro en la cama, me tapo la cabeza con la almohada y lloro. Lloro muchísimo, ¿cómo ha podido pasar? Ayer me llamo diciéndome que tenia un regalo para mi, que estaba deseando dármelo, y ahora sé que nunca lo va a poder hacer.
Bajo de nuevo al comedor, mi madre y Ayden están abrazados llorando, me uno a ellos.
Al rato mi madre me dice que la causa de la muerte de nuestro padre es confidencial y que ni a ella se lo han querido decir, eso hace que me ponga furiosa, somos sus hijos y ella su mujer, ¿Cómo que es confidencial?
Nos sentamos en la mesa para cenar, mi hermano aún moquea, mi madre calla y no come, de hecho no hace nada se limita a estar sentada y mirar al vacío.
Acabada la cena subo a mi cuarto y me siento en mi cama y recuerdo todos los momentos que pase junto a mi padre. En el instante que me siento en la cama, la cama de agua, recuerdo porque mi padre me la compro...
» Estábamos de vacaciones, en la playa, mi madre estaba en la arena vigilando y preocupada por si nos ahogamos, yo chapoteaba en el mar mientras mi hermano estaba en la orilla, con miedo a entrar, entonces mi padre se levantó de la toalla y echo a correr, recogiendo a mi hermano por el camino, haciéndolo entrar en el agua. Mi hermano primero lloraba, pero después reía como nunca.
Después de rato en el agua mi padre me enseñó a flotar y relajarme:
-Me gustaría dormir en el mar por las noches- le dije
-Te ahogarías -me dijo
-Igual me gustaría dormir encima del mar, pero no me hace ilusión morir- dije
Esa tarde, cuando me fui a dormir, note que mi cama era diferente, mi padre me vino a dar el beso de las buenas noches cuando me dijo "oye... tu cama esta rara" y empezamos a reír, hasta que mi madre vino a reñirle por no dejarme dormir.

A la mañana siguiente bajo a tomar desayuno, y mi madre sigue sentada igual que ayer en esa silla, creo que no ha dormido, pero sigue sin comer ni hablar, solo mira a la nada..
Mi hermano esta dormido en el sofá con los ojos inflados de seguro porque se paso la noche llorando...
Encuentro un sobre sobre la mesa.
-¿Qué hay le pregunto a mi madre?- no responde- ¿Lo puedo abrir? -sigue sin responder- Bueno, lo abro...- como no me detiene decido abrirlo, dentro veo un reloj con "Ayden" en el la parte interior de la correa, y se lo pongo a mi hermano. También encuentro un anillo, no el de mi padre, ni el de mi madre, nunca lo había visto, no se para quien es, decido abrir un sobre pequeño para elegir de quien es cada regalo... en el sobre pone: "para mi pequeña" a pesar de que este año cumplía 16 años, mi padre me seguía llamando así. Entonces sé que el anillo con una perla es para mi madre, y el interior del sobre es mío.
Le pongo el anillo en la palma de la mano, mi madre mira el anillo, ve la perla, cierra la mano, se levanta y se encierra en la habitación, decido no seguirla, dejarla.
Me pregunto que habrá en el interior de ese sobre, suspiro y lo abro. Primero lo examino, pero no me hace mucha falta, porque rápidamente acuerdo perfectamente de lo que es.
Fue el mismo día que mi padre me regaló la cama de agua. Al salir del agua y vi una especie de piedra azul, pero transparente, tenia forma de estrella. Mi padre decía que era cristal, pero al llevar tanto en agua salada se había "transformado", seguramente por eso tenia forma, no de estrella puntiaguda, sino de estrella de puntas redondeadas, como las estrellas de mar.
La cogí y mi padre hizo un collar con ella. Cuando volví a entrar al agua, la perdí, me puse muy triste. Mi padre me prometió que algún día tendría el collar.
Seguro que estuvo estos años con el cristal en agua, y ahora tengo de nuevo el collar... En cuanto la cadena del collar... es de plata bañada en el color de mi pelo, lila.

Pasan lo días mientras mi madre sigue encerrada en su cuarto y se nos acaban las previsiones, decido entrar en la habitación. No me lo creo, me enfado, no la veía capaz de hacerlo, pero ahí esta, tumbada, con el bote de pastillas en la mano ¿Que ha echo? ¿Como ha sido capaz? Ahora nos ha dejado; en plena rebelión... Estoy muy enfadada, y decepcionada; pero a la vez me siento mal, en fin es, era mi madre.. no quiero ponerme a recordar, he de actuar, rápido.
Le explico a mi hermano que no llora solo calla y luego dice:
-Entonces... Ya no tenemos padres, ¿no?
-Exacto...
Ahora le empiezan a caer lágrimas.
-¿Y que vamos a hacer?
Entonces yo también lloro.
-No lo sé.
Nos abrazamos.
-Lo siento- le digo.
Se aparta y me mira.
-¿Sentirlo? ¿Por que?
-Por todo lo que estas pasando.
-Pero esto no es tu culpa.
-Ni de nadie, Ayden...
-¿Ni de nadie? ¿Me estas diciendo que las pastillas aparecieron mágicamente en la garganta de mamá y ella accidentalmente las tragó?
Me callo.
-¿Eh? Dime, dime si es eso.
-Ayden, es más complicado.
-Ya sé que eres más mayor, yo tengo 13 y tu 16, pero ya no creo en la magia, ¿sabes?
-Ayden...
-Ni Ayden ni nada... Mamá nos ha dejado y ahora nos las tenemos que arreglar rápido antes de que vengan a llevarnos con los demás niños sin padres.
En eso Ayden tiene razón.
Pienso rápido y llamo a un antiguo vecino y le pido que se lleve a mi madre.
Era un gran confidente y por eso sé que no avisara a nadie para que nos vengan a buscar. A más también nos trae un poco de comida que primero rechazo, pero recuerdo que nos estamos quedando sin comida y lo poco segura que es la calle, al final la cojo con mucho agradecimiento.
Unos días después me llaman, y gracias al cielo que es ella, y a lo planeamos todo, se pasara esta tarde por delante de casa y se instalara.
Por la tarde Adriana ya esta aquí. Los padres de Adriana están en el ejército de agentes.
Como los tres estamos muy asustados con toda la revolución nos bajamos al búnker. Es una habitación grande; en una esquina tenemos instalada una pequeña cocina. En la esquina de la derecha de la cocina esta la tele y un mini sofá. A la esquina de la derecha del sofá están las camas, que en realidad son un colchón de matrimonio, dos individuales y un pequeño armario con ropa. En la última esquina esta una cabina que es el baño.

Es una suerte que Adri se haya mudado con nosotros, porque así estamos a salvo y porque trajo su comida a más compró bastante de camino.

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